martes, 19 de octubre de 2004

Perdonado, preservado

Historia de un alma. Capítulo IV. Santa Teresita decía que no aman (necesariamente) más los que más fueron perdonados. Ella había sido preservada, más que perdonada, y tenía por eso un gran agradecimiento y amor a Dios.
Yo creo que nosotros podemos descubrir muchos aspectos nuevos de nuestro ser gracias a esta reflexión de la doctora. Es común que se diga que "no es valiente quién no tiene miedo, sino quién lo vence". Con la misma lógica se puede muchas veces entender que es virtuoso quien resiste la tentación, más que quién no las tiene. Pero me doy cuenta ahora que quizás esa es una lógica muy humana. Si la fuerza no es nuestra, sino que nos es dada, ¿qué mérito tendríamos por tener la fuerza (que vende la tentación)? Tanto mérito como tendríamos si fuéramos preservados de toda tentación.
Sí, ya sé, no es el punto exacto de la idea de Santa Teresita. No hablaba ella de virtud en casos de perdón o preservación, sino de los efectos de aquellas acciones (perdón o preservación). Pero sigamos. Si nos perdonan, es porque no nos preservaron y tampoco fuimos fuertes. Y eso nos conmueve, y nos llena de amor. Porque vemos que nos aman incondicionalmente. Y además nos hace entender que no somos fuertes.
Y si nos preservan, podemos pensar que somos simplemente "afortunados" (me refiero al azar), pero el cristiano cree que fue preservado. Y por eso se siente sí "afortunado", no por el azar, sino por haber sido elegido por Dios, que elige a los que Él quiere*. A los que Él quiere, y se puede agregar: a la manera en que Él quiere, preservando o perdonando. (El que se da cuenta que fue preservado de algo que ve terrible y difícil de enfrentar, se siente agradecido a Dios).
Son distintas formas de actuar de Dios. Al que se cree fuerte lo deja caer, y lo perdona. Al que ve humilde, lo preserva. (¿Puede ser? Que venga un entendido, a ver si me aclara algunos puntos.)
* esto también lo recalca la santa en el capítulo I y cita a San Pablo.

4 comentarios:

R. Castillo dijo...

Concuerdo en que es virtuoso quien resiste la tentación y no quien no la tiene, ahora bien la preservación no consiste en no tener que pasar la tentación, si no en poder ser guardado en medio de ella, así que la preservación también se da de forma conjunta. Y si no se preserva siempre queda el perdón.
Hebreos 10:39

MäRiÄnA dijo...

y lo mejor es la libertad para escoger si quieres mostrarte humilde (y SER humilde, que es lo dificil) o creerte fuerte (que no es lo mismo que SER fuerte)....En cualquier caso, si sabes del perdón, la tienes ganada...

Juan Ignacio dijo...

Yo creo que no "concuerdas" conmigo, Seven, ya que no es esa mi opinión. Quizás lo dije mal, pero "veo tanto mérito en quién vence la tentación como en quién no la tiene que enfrentar", y eso es "poco o ningún mérito".

Todo mirado desde la perspectiva desde la cual el que vence la tentación no lo hace con las propias fuerzas, sino con fuerzas dadas (de ahí que no sea mucho el mérito).

Aunque quizás el mérito sea "haber creído en que Dios le daría fuerzas". Porque en algún lado debe haber mérito, para que exista esa "libertad" que dice mariana (aunque no la conozco, entendi que piensa eso). El justo se salvará por su fe (hace unos domingo se leyó algo de eso en el libro de Habacuc y en cartas de San Pablo).

R. Castillo dijo...

Eureka !. El mérito esta en creer y en apropiarlo como hecho. Dios dá las fuerzas pero de nosotros depende el aplicarlas o no, el creer que se tienen o no. De otra forma parecería que Dios es culpable de nuestros fracasos.