martes, 7 de febrero de 2006

Gravitación del cielo

Se han elaborado varios borradores. Pero ninguno fue aprobado. En concreto: tres borradores. Pero la opinión del jurado fue ecuánime: “Les falta algo”. Así que luego se optó por ir a las fuentes, por dejar el mensaje así como vino, por no decir pavadas de las azoteas ni cosas raras.

Habrán leído alguna vez algo en Ens o en Fotos del Apocalipsis. De los “Poemas australes” de Marechal, el llamado “Gravitación del cielo”. Parte 1...
Hombres del Sur, el cielo gravitaba
sobre nuestras cabezas.
Pero hermoso era el día y venerable
(tal un abuelo firme
que aun se tiene a caballo),
y la tierra escondía su vejez entre flores
para que no llorase nuestra infancia.

Yo recuerdo una edad prometida del gozo;
ha dejado en mi lengua un entrañable
sabor de paraíso.

La luz traía un vuelo de paloma
sobre las tierras y las aguas:
venía del Oriente a nuestras manos
la luz, paloma de oro.
Entonces, apretado como un libro de enigmas,
el universo hablaba,
y era el suyo un idioma de animales y flores
resplandecientes.

y era un idioma oscuro, pero dulce al oído
como la miel de la palabra
cuando se pone de rodillas.

-¿Recuerdas la mañana de tu sed,
junto a los pozos
recién cavados
de la delicia,
y el corazón ardiendo como un puñado de hojas
aromáticas ?

-Yo recuerdo una edad prometida del júbilo:
ha dejado en mi lengua un entrañable
sabor de paraíso.

Y es verdad que los hombres y sus fuertes caballos
parecían un viento que bailaba,
y que dormía el año en nuestro gozo,
paloma demorada.
¡Esa fue nuestra culpa, la de haber olvidado
que la tierra escondía
su vejez entre las flores!
¿Qué me gusta más? ¿La fuerza del principio: “Hombres del Sur, el cielo gravitaba sobre nuestras cabezas...”? ¿O esa nostálgica evocación: “Yo recuerdo una edad prometida del gozo…”?

Lo bello oculta lo perecedero, sí. No demos los labios al agua que se pierde (así se propone el autor al terminar este poema, parte 4).

Pero yo hoy pienso que lo bello es un anticipo. Un mensaje de que hay algo bello que dura para siempre. El sabor queda en la boca del alma.

Un mensaje en un idioma oscuro, que habla mediante misterios. El mayor de todos los misterios: tener que morir para poder vivir.

¡Chst! Dije que no iba a agregar nada...
Hombres del Sur, el cielo gravitaba...

2 comentarios:

Ximena dijo...

Hermosísimo, pero está incompleto. Recuerdo el último verso" Ya no daré mis labios al agua que se pierde"

Juan Ignacio dijo...

Gracias por el comentario.

(No está incompleto si se considera lo que dije al principio: es la Parte 1.
Y si está incompleto no es porque falte el último verso, sino que faltan tres partes.
El verso mencionado, de todos modos, lo menciono también).