viernes, 19 de mayo de 2006

Remeros y barcos

Van siete minutos y la cuenta es regresiva. Pronto algunos colgarán los remos y la gran nave reducirá algo su velocidad. Algunos se van a almorzar. Esperaban este momento, porque el remo está pesado.
Trabajadores modernos, administrativos de oficina, de los cuales soy primo muy cercano.

¿Esclavitud? No señor. Noten quiénes son los que reman en la nave romana que ilustra esta entrada: son Asterix y Obelix. Los acompañan otros voluntarios de diversas nacionalidades. Se han reclutado en el ejército romano para ir a África a rescatar a alguien. Reman porque quieren, para llegar más rápido.

Aunque este lugar donde estamos sea un gran mecanismo, a veces ciego (o al menos muy corto de vista), acá los remeros trabajan por algo. Algo hace a su actividad digna. El sustento para su familia, por ejemplo. Algún que otro placer, en aquellos que desarrollan proyectos más originales. El gusto por hacer, en aquellos con más iniciativa.

- ¿Quién los metió en esta nave?
- Ellos se metieron.
- Pero no les quedaba otra.
- Eso sí.
- Y no es muy sana la vida aquí.
- Eso es verdad; mal invento estos “barcos”.

Estas “naves de esclavos” modernas no fueron inventadas de un día para otro por un loco. El hombre llegó a esto (se podría decir, con un estilo muy cristiano de confesión ortodoxa, que todos han sido y hasta somos culpables; aunque haya quienes más y quienes menos). Como no fueron creadas de un día para otro, tampoco entonces debe, ni puede, un loco romperlas para terminar con ellas de golpe.

Hay que humanizar lo más posibles estas naves. Tarea de muchos de los “dirigentes” (en general, no hablo de política), en lo que refiere a estructuras, y de los “remeros”, en lo que refiere a las relaciones personales y los deberes para consigo mismo.

Algunos también deberán contemplar la posibilidad de trabajar de otra forma, fuera de estas naves, y animarse al cambio. No a todos los remeros “no les queda otra”. No todos son “inocentes”, en ese sentido. Pueden estar faltando al deber que tienen consigo mismo de ser felices.

Y yo, ¿cómo ando?

5 comentarios:

hna. josefina dijo...

¡Muy buena la entrada!
El Asterix y la reflexión. Casi... son dos entradas en una.

m dijo...

Muy bueno!

E. G-Máiquez dijo...

Gran imagen ésta de los remeros.

hectorpal dijo...

Buena alegoría.

Creo que más allá de las formas y las construcciones, el ir remando nos une y nos hace tender puentes con el compañero de remo. Asi, la barca es también signo de la meta.

Juan Ignacio dijo...

Gracias por sus comentarios. Más tarde les diré lo que pienso... estoy saliendo para un cumpleaños...