—Te ocurre al revés de las gentes. En lugar de andar buscando siempre justificaciones a tus errores, te pasas la vida buscándoles el lado malo a tus impulsos. Y sin embargo, eso, lo que te trae, es una contradicción. Porque si encuentras admirable en tu padre su dedicación total al objeto de su vocación, ¿por qué no hallas buena la tuya? En vez de simplificar las cosas, las complicas.
—Yo no tengo vocación definida —dijo Anselmi. Su voz era un poco amarga, ronca y viril—. Yo lo que tengo son ansiedades vagas, así como el enfermo que está en la cama, a quien se le ocurre de pronto que tendría que levantarse para arreglar algunas cosas que están mal en el mobiliario del cuarto de al lado; pero el cuarto de al lado está lejos y hay que levantarse y moverse; así que al fin, el enfermo se queda en la cama y sigue con su deseo vago de orden.
—Entonces lo que falla no es la vocación sino el medio, pues el deseo de orden es una vocación bastante concreta.
—Sí, pero tampoco sé claramente lo que es ese orden.
—¿Quién lo sabe? De antemano, nadie. Ni los grandes políticos ni los grandes artistas han pensado su orden plenamente antes de ponerse a realizarlo. El orden es una superestructura. Se articula a sí mismo a medida que lo alimenta su creciente adecuación a la realidad. Un orden pensado abstractamente en su totalidad es artificial e inservible.
martes, 31 de octubre de 2006
"Vocación definida"
lunes, 30 de octubre de 2006
Por el botín
Los ganadores salen al alba pero los triunfadores vuelven de noche. Es decir, que los que cuentan sólo con el botín se pierden al fin en el empeño, y la hora final a quienes trae elegidos es a los triunfadores definitivos. Yo estoy al lado de los que esperan el triunfo final recogidos en la bahía, en la bahía de silencio.
sábado, 28 de octubre de 2006
Un desertor entre las huestes...
___Desatado de guerras,
___oigo cantar mi viento.
Yo recogí mi corazón perdido
sobre la muchedumbre de las aguas.
Yo soy un desertor entre las huestes
___que asaltaron el día.
Bellos como las armas relucen mis amigos;
desde los pechos al talón se visten
con el metal de la violencia.
Ellos imponen su color al mundo,
le arrojan la pedrada del boyero
y atizan el ardor de sus caballos,
___para que no se duerma.
Como la espada cortan mis amigos:
___bajo su peso tiemblan
___las rodillas del día.
(...)
Algo hay en mí que pesa de maduro,
grita su madurez, pide su muerte:
se derrumba, total, como la sombra
___que nace del verdor.
Mi viento desaté sobre mi tierra,
___volvióse contra mí toda mi llama:
podado con mi hierro, nutrido de cenizas
creció mi corazón hasta su otoño.
___¡Ay, grosura de otoño
___quiere ser mi congoja,
y dispersión de mar enriquecido!
(...)
Una ciudad a mi costado nace:
su infancia es paralela de la mía y retoza
___más allá de mi muerte.
Herreros musicales inventan la ciudad,
afirman su riñon, calzan su pie:
¡baila desnuda al son de sus martillos
___la edad de los herreros!
Y el corazón de la ciudad se forja
con el puro metal de las mujeres,
y sobre los metales castigados
es bella y sin piedad esta mañana.
Pero los niños ríen de espaldas a la tierra
___o en la margen del gozo:
conspiran bajo el sol de los herreros
para que tenga un alma la ciudad.
viernes, 27 de octubre de 2006
Dos veces dos, los dos
Las palabras íntimas, para la intimidad. Con el blog en un silencio cómplice. Pero les confesaré algo que siempre pensamos, y ayer comentamos nuevamente. Y es que nos parece que esto hubiera sido así desde siempre, los dos juntos, y a la vez que hubiera sido ayer que nos casamos.
Cuatro fueron los años, y cada año son cuatro: primavera, verano, otoño e invierno. Y nuevamente la primavera. Hasta que la muerte nos separe.
lunes, 23 de octubre de 2006
Palabras como prendas de vestir
domingo, 22 de octubre de 2006
La nave el domingo
Como en un barco, la tripulación de esta casa tiene actividades planeadas y otras que se deciden sobre la marcha. Y contramarcha.
Ante la siguiente situación: niño bañándose y padres aún sin hacerlo, se decidió la formación “uno y uno” para participar de la misa dominical. Yo a la mañana, ella a la tarde (acá no es como en Capital, en donde tenés tres o cuatro horarios de misa por la mañana).
Ya puesta la proa en esa dirección, las cosas cambiaron. El niño salió del agua antes de lo planeado y hubo tiempo para recuperar la formación original: “todos a la mañana”.
Baños, afeites y a ganar la calle.
sábado, 21 de octubre de 2006
Del blog; de la vida en este mundo
Ahí andoi’ medio perdido
lejos de mi Salavina,
como yuyo que se muere
si no crece en las salinas.
(...)
miércoles, 18 de octubre de 2006
Buen saber
Y lejos de buscar en esos instrumentos de cultura vanas glorias eruditas, los había escogido como se debe; esto es, para hallar en ellos los pilares de su concepción universal de las cosas.
Le sirvieron sus estudios como de crisol, que es de lo que han de servir, y no de grillos, como sirven a otros.
domingo, 15 de octubre de 2006
Reflejos familiares
Anécdota miguelense
miércoles, 11 de octubre de 2006
Misterio del voto de amor
Con esta genial foto del fotoblog "subtes", ilustraré este fragmento de Chesterton (“Los lazos del amor”, 2 de julio de 1910, Illustrated London News, traducción Carlos R. Domínguez):
No es que los jóvenes enamorados no quieran jurar sobre el Libro. Siempre lo hacen. No es que todo amor joven nace libre de las tradiciones sobre ataduras y promesas sobre lazos, firmas y sellos. Al contrario, los amantes se detienen con la más salvaje pedantería y precisión sobre estas cosas. Hacen las cosas más locas para hacer a su amor legal e irrevocable. Se hacen uno a otro tatuajes con promesas. Graban sus nombres y sus votos en rocas y robles. Entierran cosas ridiculas en lugares ridículos para que atestigüen sobre ellos. Se unen el uno al otro con anillos. Inscriben sus nombres recíprocamente en Biblias. Si se ponen delirantes (lo que no es imposible), solamente están locos con la idea de unirse y nada más. Es absolutamente cierto que la tradición de sus padres y madres está a favor de la fidelidad. Pero es enfáticamente falso que los amantes simplemente la siguen. La inventan de nuevo. Es muy cierto que los amantes sienten que su amor es eterno e independiente de los juramentos. Pero es enfáticamente falso que no quieren hacer juramentos. Tienen una sed ardiente por hacer tantos juramentos como sea posible. Ahora bien, la paradoja es ésta, éste es todo el problema. No es cierto, como quisiera Miss Farr, que las personas jóvenes se sienten libres de los votos, teniendo confianza en la constancia, mientras que la gente mayor inventa los votos, habiendo perdido la confianza. Eso sería demasiado simple. Si fuera así, no habría ningún problema. El hecho sorprendente pero muy firme es que los jóvenes están especialmente entusiasmados con colocarse cepos y ataduras finales en el mismo momento en que piensan que son innecesarias. El momento en el que quieren el voto es exactamente el momento en que no lo necesitan. Esto merece ser considerado.Se sospecha que no es casualidad que la oportunidad de hacer esto surja justo hoy, en un trigésimo tercer aniversario de matrimonio: el de mis padres. ¡Felicitaciones!
martes, 10 de octubre de 2006
Subte (encontré una foto)
[Foto de fotolog.com/subtes]
lunes, 9 de octubre de 2006
Venimos de alguna otra parte
El falso optimismo, la moderna felicidad, nos cansa porque nos dice que somos adecuados a este mundo. La verdadera felicidad consiste en que no lo somos. Venimos de alguna otra parte. Nos hemos extraviado en el camino.
sábado, 7 de octubre de 2006
Meta(psico)blog
jueves, 5 de octubre de 2006
Para el hombre y no en su contra
Hay que estar atentos para no interpretar mal la frase de Jesús sobre el marcharse sacudiéndose también el polvo de los pies cuando no son recibidos. Éste, en la intención de Cristo, debía ser un testimonio «para» ellos, no contra ellos. Debía servir para hacerles entender que los misioneros no habían ido por interés, para sacarles dinero u otras cosas; que, más aún, no querían llevarse ni siquiera su polvo. Habían acudido por su salvación y, rechazándoles, se privaban a sí mismos del mayor bien del mundo.
martes, 3 de octubre de 2006
Un soneto y un asteroide
Piangete, donne, e con voi pianga Amore;
Piangete, amanti, per ciascun paese;
Poi chè murto colui che tutto intese
In farvi, mentre visse al mondo, onore.
Damas y Amor hazed llanto excesivo,
amantes hazed triste sentimiento,
que muerto es el que tuvo siempre intento
hazeros todo honor mientras fue vivo.
lunes, 2 de octubre de 2006
¿Un santo burrero?
Para el récord de mi vida
sos una fácil carrera,
que yo me animo a ganarte
sin emoción ni final.
Te lo bato pa'que entiendas,
en esta jerga burrera,
que vos sos una potranca
para una penca cuadrera,
y yo, che vieja, ya he sido
relojeao pa'l Nacional.
Vos sabés que de purrete
tuve pinta de ligero;
era audaz, tenía clase,
era guapo y seguidor.
Por la sangre de mi viejo
salí bastante barrero,
y en esas biabas de barrio
figuré siempre primero
ganando muchos finales
a fuerza de corazón.
El cariño de una mina,
que me llevaba doblao
en malicia y experiencia,
me sacó de perdedor;
pero cuando estuve en peso
y a la monta acostumbrado,
¡que te bata la percanta
el juego que se le dio!
Ya después en la carpeta
empecé a probar fortuna,
y muchas veces la suerte
me fue amistosa y cordial.
Otras noches salí seco
a chamuyar con la luna
por las calles solitarias
del sensiblero arrabal.
Me hice de aguante en la timba
y corrido en la milonga,
desconfiao en la carpeta,
lo mismo que en el amor.
Yo he visto venirse al suelo
sin que nadie lo disponga
cien castillos de ilusiones
por una causa mistonga,
y he visto llorar a guapos
por mujeres como vos.
Ya ves que por ese lao
vas muerta con tu espamento;
yo no quiero amor de besos,
yo quiero amor de amistad.
Nada de palabras dulces,
nada de mimos y cuentos;
yo busco una compañera
pa' batirle lo que siento
y una mujer que aconseje
con criterio y con bondad.
[s/n] Los versos en cuestión no son los de un santo que había sido burrero, sino los del tango “Canchero”, con letra de Celedonio Esteban Flores, música de Arturo Vicente De Bassi y voz de Carlos Gardel o Julio Sosa (a elección). Pero a mí me gusta más mirarlo de la otra manera; es que tengo cierta delicadeza y me disgusta un poco ese trato hacia una mujer, aunque sea de pobre vida. Sacando eso, las analogías burreras son magníficas, y podrán leer acerca de ellas en el enlace que figura bajo la palabra “Canchero”, con ayuda de un diccionario de lunfardo.
[1] Aficionado a las carreras de caballos y su ambiente.