Cuando pensaba en mí como “un desertor entre las huestes…”, me preguntaba porqué lo sería, siendo que yo todas las mañanas me levanto y enfrento al día con valor. Y pensé que podía tratarse del botín. El botín que otros persiguen no es el que yo quiero (¡y no es menor la conquista que anhelo!).
La idea quedó en los borradores. Pero imagínense mi asombro cuando, por esas cosas de la vida, vuelvo a detenerme en la contratapa de “La bahía de silencio”, en donde los editores de la versión pocket de Sudamericana han decidido colocar estas palabras escogidas:
Los ganadores salen al alba pero los triunfadores vuelven de noche. Es decir, que los que cuentan sólo con el botín se pierden al fin en el empeño, y la hora final a quienes trae elegidos es a los triunfadores definitivos. Yo estoy al lado de los que esperan el triunfo final recogidos en la bahía, en la bahía de silencio.
Y fue tan grande mi sorpresa que pensé en contárselo a ustedes…
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