Dice Fabricio, un obrero de curtiembre nada zonzo y bastante revolucionario:
El hombre nace lleno de preguntas: vivir es contestarlas. Y el que no las contesta muere.
Sus palabras me sonaron conocidas. No sé si alguien más famoso dijo esto antes... Fabricio es un personaje de la pequeña pieza teatral "La batalla de José Luna" de Leopoldo Marechal.
Y ahora otra vez Castellani. Sus oraciones me van dando letra. Esta vez un fragmento de "Alegoría de la vida y de la muerte":
La vida es una cárcel sin barrote
o con barrotes que se ven apenas
o no se ven hasta que vienen penas
que te agarrotan y te dan garrote
Lo más barato es aceptar el bote
mejor que por las malas por las buenas
y en sacudón que rompa las cadenas
naufragar y salir nadando a flote
(...)
Quizás este último verso sea algo triste... pero tal vez haya sido Castellani (aventurada y loca hipótesis de parte de un Catellanineófito) una de esas personas que "consiguen amar la tristeza sin ofender a Dios, sin pecar contra la esperanza", como dice Hernán (ver) que ponía Bernanos en boca de uno de sus personajes. Y eso dicho como un elogio, ya que ¿quién podría pasarlas como Castellani sin estar triste? ¿Y aún triste no perder las esperanzas?
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