lunes, 20 de junio de 2005

Conociendo otros caminos del Señor

Me dijo Zenit que el presidente de la República Eslovaca, Ivan Gasparovic, fue a visitar al Papa el viernes pasado y que tenía "previsto participar en una misa en la tumba de san Cirilo y encontrarse con el gran maestro de la Orden soberana de los Caballeros de Malta, Fra Andrew Bertie". Mi curiositas despertó y*, Internet mediante, llegué a la página oficial de la Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta.
Quien no sabe mucho, como el que al pie firma, encuentra todos los días algo nuevo. Para el que la conozca y para el que no, trataré de poner algunos parrafitos significativos (en lo que a mi interés respecta).
La Orden de Malta es una Orden religiosa desde 1113, año de su reconocimiento por parte del Papa Pascual II. Como Orden religiosa está ligada a la Santa Sede, pero al mismo tiempo es independiente como ente propio de Derecho Internacional. El carácter religioso de la Orden convive, por tanto, con su plena soberanía. El Gran Maestre es al mismo tiempo cabeza de un Estado soberano y cabeza de una Orden religiosa; en virtud de esta segunda condición, la Iglesia le atribuye el rango de cardenal. La Orden de Malta, según el Derecho Canónico, es una Orden religiosa laica. Algunos miembros de la Orden son freires, que han profesado los tres votos de pobreza, castidad y obediencia; otros miembros han hecho una promesa de obediencia; mientras la mayoría de los Caballeros y de las Damas son laicos. El Gran Maestre de la Orden es elegido entre los Caballeros Profesos con votos perpetuos. Las ocho puntas de la cruz, símbolo de la Orden, hacen referencia a las ocho Bienaventuranzas y nos recuerdan visiblemente su espiritualidad.
Pero, ¿cuáles son sus orígenes?
El nacimiento de la Orden se remonta aproximadamente al año 1050. Según las crónicas, algunos mercaderes de la antigua república marinera de Amalfi obtuvieron del Califa de Egipto el permiso para construir en Jerusalén una iglesia, un convento y un hospital en el que asistir a los peregrinos de cualquier fe o raza. La Orden de San Juan de Jerusalén - la comunidad monástica dedicada a la gestión del hospital para asistencia a los peregrinos en Tierra Santa - se hizo independiente bajo la dirección del Beato Gerardo. Con la bula del 15 de febrero de 1113, el Papa Pascual II aprobó la fundación del Hospital y lo puso bajo la tutela de la Santa Sede, con derecho a elegir libremente a los superiores, sin interferencia de otras autoridades laicas o religiosas. En virtud de aquella bula el Hospital se transforma en Orden exenta de la Iglesia.
La constitución del reino de Jerusalén, por obra de los Cruzados, obligó a la Orden a asumir la defensa militar de los enfermos, de los peregrinos y de los territorios conquistados por los cruzados a los musulmanes. La Orden pasó a ser religiosa y militar a la vez. Todos los caballeros eran religiosos, ligados por los tres votos monásticos, de pobreza, de castidad y de obediencia.
Con el tiempo, fue adoptada la cruz octagonal blanca que, todavía hoy, es el símbolo sanjuanista. A la misión hospitalaria se sumó el deber de la defensa de la Cristiandad.
Y hoy en día...
La naturaleza caballeresca explica y justifica el mantenimiento del carácter nobiliario de la Orden, ya que muchos de sus Caballeros procedían en el pasado de las familias nobles del mundo cristiano. Hoy, la mayoría de los Caballeros pertenece a clases no nobles. Los miembros de la Orden pueden definirse como gentilhombres católicos animados por una altruista nobleza de espíritu y de comportamiento. Todos los caballeros responden a la condición prevista antiguamente para la concesión de títulos de nobleza: haberse distinguido por su especial virtud. El carácter caballeresco de la Orden tiene todavía hoy gran vigencia moral, porque denota el espíritu de servicio, de abnegación y de disciplina que anima a los Caballeros. Las batallas no se combaten ya con la espada, sino con instrumentos pacíficos de lucha contra las enfermedades, la miseria, la marginación y la intolerancia, y en la defensa y la divulgación de la Fe católica.
La cruz mencionada quizás la conozcan los materos, aunque esa está medio deformada. La correcta es esta: clic; muy interesante su geometría.
* ¿debo poner "e" o con la coma el efecto cacofónico se rompe?

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