Alguna vez el lector se ha preguntado (o sabe mucho) por el parentesco entre la alegría y el sufrimiento al experimentar (o ver en otros) el llanto de alegría.
Pues bien, yo les propongo otra situación que me hizo pensar. Es la de esos cantantes que como en éxtasis, en una parte muy sentida (y no triste; romántica quizás) de la canción, cierran los ojos, miran hacia arriba, tuercen la boca, como quien está aguantando un dolor de barriga y poniendose por sobre él para seguir cantando.
¿Eh? Un poco en broma, un poco en serio...
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