miércoles, 19 de abril de 2006

Status viatoris VIII

Ya advertí, o hice advertir a Pieper, la peligrosidad de asociar el concepto de status viatoris a viajes de este mundo. Aún así, y teniendo en cuenta que no es la del viaje, como lo conocemos en este mundo, la plena significación del status viatoris, en esta serie puse algunos "relatos viajeros" (como podrán ver en el flamante índice de la serie, a través del nuevo enlace en la barra lateral).

Lo hago por gusto y apelo a la tolerancia de Pieper, en virtud de aquello de que: “La explicación que de esta tesis da la piedad popular (…) [es] superior en grado sumo a la desesperación racionalista del hombre humano”. Y a las ideas de Chesterton que, como se veía en el número I, buscaba explicar porqué es tan atractivo un libro como la Odisea: “because all life is a journey”.

Pero para evitar confusiones, reforcemos la parte filosófica del asunto, que es muy interesante. Repasando lo visto en el número IV:

El estado del ser en camino no es, en su sentido más inmediato y externo, una determinación local. Este estado expresa más bien la constitución más íntima del ser de la criatura. Es el intrínseco y entitativo «aún no» de la criatura.

El «aún no» del status viatoris incluye en sí dos aspectos, uno negativo y otro positivo: el no ser plenitud y el ser encaminamiento hacia la plenitud. (...)

Agregamos ahora lo siguiente:

Lo que ante todo constituye y fundamenta el lado negativo del status viatoris es la proximidad, en el orden de la existencia, de la criatura a la nada. Esta relación de la criatura con la nada radica en el hecho primario de que todo lo creado se crea de la nada.

Este hecho se manifiesta en el reverso de la libertad humana, en la posibilidad de pecar; pues los pecados no son más que un viraje hacia la nada: «No se puede sustraer, de un modo natural, la criatura dotada de razón a la posibilidad de pecar; pues, por el mismo hecho de que procede de la nada, su poder se puede dirigir hacia el «no ser» [*] (…)

La parte positiva que encierra el concepto del ser en camino, el intrínseco encaminamiento del ser de la criatura hacia la plenitud, se revela ante todo en su virtud que tiene el hombre de fundamentar con su propia acción una especie de justa «aspiración» a un término feliz de su camino. Esta virtud no es más que la posibilidad de la actuación «meritoria», que tiene, pues, el carácter de un auténtico «paso». (Con esto no se toca la cuestión de que la actuación «meritoria» presupone algo que no se puede «merecer») (…)

Esta claro que este no ser plenitud y a la vez encaminarse a la misma no puede ser perfectamente representado con la imagen de un viaje de los que conocemos nosotros. Y esto me dice que no ando muy errado cuando pienso que “extender las metáforas” no es bueno.

¿Qué es extender las metáforas (o quizás mejor, las analogías)? Podría ser para un desarrollo para otra entrada, fuera de esta serie.
[*] 2, d. 23. 1. (Cita sobre la misma obra de Pieper).

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