martes, 6 de junio de 2006

Status viatoris XVII

“Viajando para Fonseca, yo me detuve en Valledupar”, dice un canto colombiano (vallenato) que se me pegó hace tiempo.

Andaba buscando información acerca de Gabriel Marcel (¡!) y su obra “Homo viator: prolégomènes à une métaphysique de l‘espérance” (prolegómenos para una metafísica de la esperanza). Pero me detuve en este pasaje de Juan Pablo II, tomado del mensaje para los participantes de la tercera sesión plenaria de la Pontificia Academia de Santo Tomás de Aquino (Ciudad del Vaticano, miércoles 21 de junio 2002).

Un problema antropológico [¿Cómo es que Dios permite el mal?], tan central para la cultura de hoy, no encuentra solución si no es a la luz de aquello que podemos definir como "meta-antropología". Se trata de la comprensión del ser humano como ser consciente y libre, homo viator, que cambia y es el mismo al mismo tiempo. En él se concilia la diversidad: lo uno y los muchos, cuerpo y alma, masculino y femenino, persona y familia, individuo y sociedad, naturaleza e historia.
(…)
El hombre, que ha recibido de Dios como don la existencia, tiene en sus manos la tarea de dirigirla en un modo conforme a la verdad, descubriendo su auténtico sentido (cfr Enc. Fides et ratio, 81). En esta búsqueda emerge la constante cuestión moral, formulada en el Evangelio con la pregunta: "Maestro, ¿qué es lo bueno que debo hacer?" (Mt 19, 16). La cultura de nuestro tiempo habla mucho del hombre y de él sabe muchas cosas, pero a menudo da la impresión de ignorar lo que verdaderamente es. En efecto, el hombre se comprende plenamente a sí mismo sólo a la luz de Dios. Es "imago Dei", creado por amor y destinado a vivir en la eternidad en comunión con Él.

Esta pausa en el camino quizás no esté tan fuera de tono. Busco datos sobre un libro que habla de metafísica, ¿no? Y volver a la metafísica es un gran llamado que hizo Juan Pablo II en este mismo discurso: “Es necesario ante todo volver a la metafísica”. Y más adelante: “El discurso sobre el bien supone una reflexión metafísica”.
Sigamos camino; nos vemos pronto.

3 comentarios:

E. G-Máiquez dijo...

... Y luego te sorprende que te enlace desde mi blog. Lo que uno tiene ganas es de obligar a mis lectores a visitarte. Estupenda entrada.

Anónimo dijo...

Muy bueno Juan. Te cuento que ya ubique lo de Santo Tomas, explicado por el P. Garrigou Lagrange (en cuanto tenga un momento lo copio y te lo mando)... de ahi que no me extranie que un discipulo suyo (JPII que hizo su tesis doctoral en el Angelicum con GL como tutor) lo haga suyo.

Juan Ignacio dijo...

¡1000 puntos ese hallazgo! Y qué interesante el dato biográfico.

Y gracias Enrique. Yo tengo pendiente la actualización de mis links (como un cómodo, uso los de Hernán; pero ahí faltan algunos de los que yo leo).