viernes, 4 de agosto de 2006

Hipótesis y casi-arenga

De seguir así las cosas, los cristianos seremos cada vez más unos “tipos raros”. No sé si como los primeros, pero sí raros. No digo que seremos menos, sólo digo raros. No digo tampoco que debemos dejar que las cosas sigan así (ni digo cómo conviene o cómo no conviene hacer para que no sigan así). Pero si la cultura, la sociedad, la civilización, son cada vez menos cristianas, los cristianos seremos unos tipos raros (piénsenlo como quieran: no tendremos la religión oficial, no serán las nuestras las costumbres usuales, etc.)
¿Y estamos listos para afrontar eso? ¿Estamos listos para no ser aceptados porque no nos podemos ajustar a ningún partido político, a ningún gobierno, a ningún modelo económico o de “asistencia social”? ¿Estamos listos para no ser aceptados porque queremos cambiar esos partidos, gobiernos o modelos (o porque queremos crear unos nuevos, o defender aquellos que alguna vez fueron)?

13 comentarios:

Jose Menchon dijo...

pues a luchar con amor y por amor!!!!Conquistando la cultura, el pensamiento y el ocio.Trabajo no nos falta, prohibido quedarse quieto!!!!

Anónimo dijo...

Coincido con menchon. A mover el cucu...

Juan Ignacio dijo...

Más o menos elegantemente dicho, la idea está. Y estoy de acuerdo.

...

¿Estoy listo para ser un tipo raro? ¿O preferiré amoldarme y pensar y hacer como que "lo mío" se puede adaptar perfectamente al mundo sin escandalizar?

Anónimo dijo...

Hace rato que soy rara en ese sentido. ¡Mira que hablar de Dios con extraños en una consulta médica como hice hoy! ¿y sabes qué? yo notaba como cuatro (4) aburridos me oían con interés indiscutido perorar sobre el Credo con un niño y su madre. No todo está perdido, sólo somos cobardes y somnolientos.

Entre paréntesis, cuando me pasan cosas como esta de hoy encuentro que es tan gratificante que es tontera no hacerlo más seguido, ¡y quedan tan contentos! le hubieses visto la cara ala señora cuando me llamaron a la consulta....

E. G-Máiquez dijo...

No sólo por ser cristiano, pero uno ya es bastante raro. Así que la cosa me va a coger preparado. Alguna ventaja tenía que tener...

Ecazes dijo...

Y si El está con nosotros?
Quién contra nosotros?.
Vamos!

Juan Ignacio dijo...

Los que somos medio raros (en otro sentido) tenemos un problema con nuestro testimonio de Jesucristo. Los demás dicen: "ese es raro, por eso es cristiano". Y entonces no damos la idea de que cualquiera puede ser cristiano. (Pienso que a veces hay que tratar de cambiar y no tener ciertas rarezas; por el contrario, hay otras rarezas que es bueno tener).

Aeronauta, ¿eres médica o paciente?

Aeronauta dijo...

Paciente...algo impaciente, debí esperar mucho :)
****

Te dejo mi respuesta a tu pregunta en mi sitio:

Soy la misma que viste y calza, en versión de mi hija, jejeje. ¿Decepcionado? es una licencia para personaizar. Pueda ser que no me arrepienta nunca por ello :(

¿Por qué tu usas un pez espada? ¿Por lo punzante? :)

Juan Ignacio dijo...

No veo porqué decepcionarme, se te ve muy contenta ahí...

Lo mío no es un pez espada, es el del encabezado de mi blog, es un pez en el anzuelo y lo encuentras explicado en la barra lateral en el link: "Aquí seguimos".

Eleder dijo...

De esto habló Benedicto cuando era Ratzinger, en una de las, creo, importantes diferencias que tenía con Juan Pablo II: no hay que pensar tanto en "reevangelizar" masivamente Europa, como en volver a ser "sal de la tierra", unos pocos en un mundo extraño, que sufren pero que dan testimonio.

Y esto nos obligará a ser más santos, claro.

Juan Ignacio dijo...

Sí, recuerdo que alguien hace poco puso un texto así. Buen punto. Saludos.

Kike dijo...

Pero no entiendo. Creo que un tipo ya habló de eso hace como dos mil años, el fundador del club, je, je...

Nada, solo digo que nada nuevo: nos toca luchar contracorriente. Uno de mis ejemplos favoritos es el de alguien intentando entrar a un estadio de fútbol al final de un partido: no solo tendrás que ir contra todos, abrirte paso a codazos y empujones, sino que visiblemente caerás mal. De esos nos toca ser, de los que quieren entrar al corazón de las personas cuando todos quieren salir de los suyos. Y, bueno, entrar para abrirle paso a Él, que de eso se trata.

Juan Ignacio dijo...

Gracias por el comentario Kike. Como imaginarás siempre conviene recordar lo que dijo Dios hace dos mil años. ¡Y lo de la contracorriente es una imagen muy buena!