De alguna forma que aún no me explico, el cardenal Van Thuân leyó uno de los divagantes escritos que adornan esta bitácora y me dio una respuesta en su libro “Testigos de esperanza”. Me dijo así:
¡El mundo es de quien lo ama!
A veces nos lamentamos de que el cristianismo, en la sociedad de hoy, es una presencia cada vez más marginal, de que es difícil transmitir la fe a los jóvenes, de que las vocaciones disminuyen. Y se podría seguir enumerando motivos de preocupación...
De hecho, no es raro que, en el mundo actual, nos sintamos perdedores. Pero la aventura de la esperanza nos lleva más allá. Un día hallé escrito en un calendario estas palabras: «El mundo es de quien lo ama y mejor sabe demostrarlo». ¡Qué verdaderas son estas palabras! En el corazón de las personas hay una sed infinita de amor, y nosotros, con el amor que Dios ha infundido en nuestros corazones (cf. Rm 5,5), podemos saciarla.
1 comentario:
Buenisima frase!!!!la segunda parte "y mejor sabe demostrarlo" es imprescindible. El amor no es solo un sentimiento sino una acción , una realidad, que nace de un sentimiento y ayuda a acrecentarlo.
El que ama (con gestos) siente una especie de "derecho de propiedad" sobre lo amado....
Saludos
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