Kant, el gran filósofo de la modernidad, confesó que el momento en que sentía suscitarse en él una objeción total a su teoría según la cual el hombre no puede, a partir de la realidad, remontarse a un Creador, era cuando salía de casa y, al levantar la cabeza, contemplaba el cielo estrellado. (Cf. I. Kant, Crítica de la razón práctica, Ed. Sígueme, Salamanca 1995, pág. 197.)
(De aquí)
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