Les dejo "una punta", la introducción de la carta pastoral de Adviento 2005 de Mons. Jorge Casaretto, que repartían a la salida de la iglesia.
Queridos amigos:Hace mucho tiempo que quería escribirles sobre la vida eterna, la vida que nos espera después de ésta. Desde que era chico, la idea de la eternidad, de llegar a la presencia de Dios, fue para mí muy fuerte. Creo que sin una conciencia clara de esa dimensión, nuestra vida cristiana queda recortada, parcializada.Es posible que antes del Concilio Vaticano II, se haya insistido en una visión de la eternidad que dejaba un poco de lado la construcción de la vida y de la sociedad en esta tierra. Pero también creo que en la actualidad podemos estar corriendo el riesgo contrario: tener una valoración tan fuerte en las cuestiones de esta vida, que olvidemos nuestra dimensión de eternidad.El adviento es un tiempo propicio para trabajar en la virtud de la esperanza y para prepararnos para las diversas "venidas" del Señor: su llegada cotidiana a nuestras vidas a través de lo acontecimientos diarios y de los que viven a nuestro lado, la venida de la próxima Navidad, nuestro encuentro con Él al final de nuestra peregrinación por este mundo y su venida definitiva al final de la historia.
3 comentarios:
Puntito para Casaretto...
... y no suele ganarse muchos.
Ok. Punto a favor para Monseñor Casaretto por lo de la Vida Eterna.
Punto en contra para Monseñor Casaretto por la innecesaria gansada de "antes" y después del Concilio...
martin_busca@yahoo.com.ar
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