martes, 6 de diciembre de 2005

Antígona hoy

El mensaje de "Antígona" de la preponderancia de las leyes eternas ante las humanas, o de la necesidad de adecuación de estas últimas a las primeras, es “esencial” para cultivar una verdadera democracia (¡uy, qué chabacana que me sálió la introducción!). Si la voluntad de la mayoría no se adecua a leyes naturales superiores, el resultado es una tiranía. El rey Creonte “es un poroto” al lado de las cosas que se ven en estos tiempos.

Se discute de temas relacionados con la homosexualidad, con la anticoncepción, con el aborto, se discuten muchas cosas. Pero lo que pasa es que hay una discrepancia previa a salvar. Si no se salva esa discrepancia, no hay camino posible de entendimiento.

La discrepancia se da entre los que piensan que la ley o normas o disposiciones me deben permitir "hacer lo que quiera" ("libertad para elegir", engañoso concepto) y los que piensan que la ley me debe llevar a hacer lo mejor (y para eso la ley debe estar acorde a lo bueno, a lo verdadero, a lo bello, a las leyes naturales). Sólo una ley como esta última me permite cumplir con una obligación y ser a la vez libre.

Claro, hay algo aún anterior. Hay quienes renuncian a la posibilidad de descubrir qué es lo mejor (lo bueno, lo verdadero, lo bello). Y entonces ni siquiera aceptarían que hay que salvar esta discrepancia.

La principal consecuencia es que se hace ley lo que dice la mayoría, sea ello bueno o malo, transformándose eso en la mencionada tiranía de la democracia, tiranía de las mayorías. Si tomáramos consciencia de la gravedad de esto, veríamos qué importante que es volver a buscar lo bueno, lo verdadero y lo bello, qué importante es la ley natural.
PD: nada nuevo lo que digo. Hasta dirán que es inocente mi planteamiento. Que el mal está arraigado en muchos y no quieren escuchar. Lo sé. Pero por el camino de la razón se debe seguir insistiendo.

1 comentario:

Teófilo de Jesús dijo...

La discrepancia se da entre los que piensan que la ley o normas o disposiciones me deben permitir "hacer lo que quiera" ("libertad para elegir", engañoso concepto) y los que piensan que la ley me debe llevar a hacer lo mejor (y para eso la ley debe estar acorde a lo bueno, a lo verdadero, a lo bello, a las leyes naturales). Sólo una ley como esta última me permite cumplir con una obligación y ser a la vez libre.

Exactamente. Lo que pasa es que la gente quiere hacer lo que le venga en gana y se enchisman cuando alguien objeta, por más caritativo que uno sea.

La Libertad implica responsabilidad; la libertad no es libertinaje.

-Teo