Hoy salió a la luz “Deus caritas est”, la primera encíclica de Benedicto XVI. Mucha expectativa (tener tantos medios católicos a disposición hace que uno espere muy de antemano estos sucesos).
Yo también la imprimí y antes de guardarla para llevar hojeé la introducción. Vi que decía lo siguiente:
Es, además, una de las ideas más “impactantes” que me llegaron cuando alguna vez participé de las “escuelas de comunidad” de Comunión y Liberación; es uno de sus mensajes centrales, creo, de los que dan forma al movimiento (esa forma que, en privado, supe criticar bastante).
Yo también la imprimí y antes de guardarla para llevar hojeé la introducción. Vi que decía lo siguiente:
No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva. En su Evangelio, Juan había expresado este acontecimiento con las siguientes palabras: « Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que todos los que creen en él tengan vida eterna » (cf. 3, 16).Y creo que eso está muy relacionado con lo que comentó la hermana Josefina en la entrada anterior: "si todos y cada uno, nos 'enganchamos' realmente con Jesús, nuestra adhesión a Él es lo que nos va a llevar a adherir después a su Evangelio. Me parece que es algo que a veces nos falta a los cristianos, ser de Jesús, y por eso aceptar la verdad que El nos trae”.
Es, además, una de las ideas más “impactantes” que me llegaron cuando alguna vez participé de las “escuelas de comunidad” de Comunión y Liberación; es uno de sus mensajes centrales, creo, de los que dan forma al movimiento (esa forma que, en privado, supe criticar bastante).
1 comentario:
No sé nada de Comunión y Liberación, pero Mark Shea también notaba la influencia.
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