Motivos para festejar, hay. No es sólo el Año Nuevo. Hay un festejo que se entiende más en silencio que con tanto ruido: María, Madre de Dios.
No sé si sabían, pero dijo el Predicador del Papa (Zenit, 01.01.2006):
El título de Madre de Dios es también hoy el punto de encuentro y la base común a todos los cristianos, del que volver a partir para reencontrar el acuerdo en torno al lugar de María en la fe. Es el único título ecuménico, no sólo de derecho, porque fue definido en un Concilio ecuménico, sino también de hecho, en cuanto que es reconocido por todas las mayores Iglesias cristianas.
Hoy también fue la Jornada Mundial de la Paz de 2006, donde el lema fue: "En la verdad, la paz". Esto más que un festejo es un llamado a la reflexión; también en Zenit los mensajes.
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