(...) Esto es gran verdad, y antes fortalece el alma que la acobarda; porque ya la experiencia la tiene enseñada la gran ganancia que le viene por este camino, y parécele que no ofenden a Dios los que la persiguen; antes, que lo permite Su Majestad para gran ganancia suya; y como la siente claramente, tómales un amor particular muy tierno, que le parece aquellos son más amigos y que la dan más a ganar que los que dicen bien.
De Santa Teresa de Avila en "Las Moradas", Moradas sextas, capítulo I; refiriéndose a los que, a raíz de las experiencias místicas de una persona (si no digo mal), hablan mal y bien de ella (y anónimamente se está refieriendo a su caso, según entiendo en las notas de la edición vinculada).
Dice una de las notas: Había escrito en Camino: «Alma que Dios llega así en oración tan subida... no se le da más ser estimada que no... mucha más pena le da la honra que la deshonra» (36, 8)
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