domingo, 11 de septiembre de 2005

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JOSÉ LUNA: Hubo un Crucificado, y ese Crucifi­cado les habló a los hombres. Y lo que les dijo no es agua de chicoria. (A sus tres adeptos). Vamos a ver, ¿dónde se me apareció el Cristo?
LEONE: (Como quién recita una lección). En la esquina de Gurruchaga y Warnes.
JOSÉ LUNA: ¿A qué hora fue?
LEONE: A medianoche.
JOSÉ LUNA: ¿De dónde venía yo?
SOUTO: Del club Chacarita Juniors.
JOSÉ LUNA: ¿Qué hacía yo en el club?
SOUTO: José Luna, estabas entrenándote para un match a diez rounds con el medio liviano Kid Aguardiente.
JOSÉ LUNA: Y Jesús, ¿qué me dijo?
LEONE: Te habló así: "José, ¿no te da vergüenza perder tu tiempo en los rings de barrio y tu alma en el oficio triste de golpear mandíbulas ajenas?".
JOSÉ LUNA: Y yo, ¿qué le dije al Cristo?
LEONE: Le dijiste: "Señor, ¿qué debo hacer?".
JOSÉ LUNA: Y Él, ¿qué me contestó?
LEONE: Te contestó: "José Luna, tendrás que seguirme y hacerte un pugilista del Evangelio".
De "La batalla de José Luna", por Leopoldo Marechal.

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