Hay veces que los científicos realmente pareciera que se alejan de la verdad. Aunque no siempre. En este post quiero reivindicar a dos físicos. Uno, mi tío Antonio, que da clases en la facultad. Y el otro, que conocí el domingo leyendo la Revista La Nación (qué lecturas, eh). Se llama Juan Maldacena, y es muy reconocido en Estados Unidos (y en el mundo de la física, supongo) por su aporte a la teoría de las cuerdas. Lo entrevistan en la casa de sus padres en el barrio de Caballito, donde confiesa su fe en Dios y su hábito de oración. Y sólo pude apuntar una pregunta y su respuesta, pero valga como muestra.
Entrevistador: ¿La luna del matemático que calcula el giro de su órbita es la misma que la del poeta o la de los enamorados?
Maldacena: Sí, sólo que son distintos aspectos de una misma Luna, que se complementan y enriquecen entre sí.
Y me acordé de la Campera aquella que trajera Ens hace un tiempo, que hablaba del órgano para percepción de elefantes...
1 comentario:
Yo quiero aportar datos sobre tu tío Antonio: hace ricos pan dulces y le gusta el asado medio crudo. A mi también me cae simpático, a pesar de que su hija va a estudiar Relaciones Públicas (o algo así)
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