“A diferencia del sur de Inglaterra y al haber escapado de la conquista romana, Irlanda no fue cristianizada tempranamente. La religión celta, cercana al animismo, integró con bastante facilidad la predicación de San Patricio y de sus sucesores del siglo VI, como San Colombano. [...]
“El aislamiento de la isla y el proceso de cristianización pacífico [sic] explican las particularidades estilísticas del arte irlandés y la conservación de ciertos principios estéticos. En efecto, se utilizaron sus elementos geométricos abstractos en el ámbito de las representaciones cristianas. El repertorio, aparentemente limitado a espirales, entrelazados y dameros, ofrecía sin embargo variaciones infinitas. Se usaba tanto en la orfebrería como en la escultura y la iluminación. [...] La representación humana, requerida para la ilustración de los textos sagrados, se incorporó tardíamente y permaneció deliberadamente esquemática en la escultura y la iluminación. [...]
“El libro apareció como una novedad en el ámbito celta. La actividad del manuscrito se limitó esencialmente a la copia de textos bíblicos, especialmente los Evangelios. [...] Algunos manuscritos copiados incluían ilustraciones (...). [...] Hacia fines del siglo VII, cada Evangelio estaba precedido de una página ornamental totalmente ilustrada (...) con un retrato esquemático del evangelista o su símbolo”.
Este es el símbolo de Mateo (hacia el año 680), del libro de Durrow, “el manuscrito más antiguo conservado en su totalidad en el formato característico de los Evangelios irlandeses. [...] [Este símbolo] se reduce aquí a una representación mínima: la cabeza de rasgos simétricos y dos pies. La capa en damero y el entrelazado que enmarca el símbolo denotan el gusto por la abstracción geométrica”. (Clic para ver más grande).
(Texto de la "Historia Visual del Arte", Larousse, La Nación. Capítulo: Temprana Edad Media, La cuna irlandesa y anglosajona).
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