jueves, 23 de marzo de 2006

Música y lugar (y tiempo)

No sería exacto comparar la zamba con el blues, creo. Hay muchas zambas alegres y el blues, por definición, no es alegre, es blue. Una vez escuché a un cantante compararlos: zamba en Argentina, blues en Estados Unidos. No estoy de acuerdo. Más acertado fue un peculiar forista “deep-purplero” (¡hay cada cosa en la red!) que, hablando de un disco de Los Chalcaleros (¡!) dijo que la vidala es como el blues argentino. No es lo mismo, pero me gusta más la aproximación.

Y si no es lo mismo la vidala que el blues es porque nacen en dos mundos muy distintos, ¿no? Es así que no sé porqué el locutor Bobby Flores (¡!) se sorprendía una vez cuando un cantante que visitaba la argentina, “blusero” de ley, le hablaba del “blues latino” refiriéndose a las interpretaciones locales. El conductor radial decía: “¿Cómo? Es blues. ¿Por qué esa distinción? ¿Por qué blues latino?”

Y... es así, Bobby. Nunca un argentino va a poder hacer un verdadero blues, tampoco un norteamericano va a hacer una auténtica vidala. ¿Exagero? Digamos al menos que sería muy difícil. Dejemos la puerta entreabierta para contemplar a músicos enamorados de músicas extranjeras que logren sentir lo que tocan, aunque no sea de su tierra. Porque si me pongo muy estricto, ya muchos argentinos hoy no podrían tocar folklore. Ni tango. No es la misma la Argentina en que nacieron esas músicas que la de hoy.

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