jueves, 2 de marzo de 2006

¿La máquina?

Al buscar aquel Himno de la Liturgia de las Horas, me crucé con otro que dice:
Cuando la luz se hace vaga
y está cayendo la tarde,
venimos a ti, Señor,
para cantar tus bondades.
Los pájaros se despiden
piadosamente en los árboles,
y buscan calor de nido
y blandura de plumajes.

Así vuelven fatigados
los hombres a sus hogares,
cargando sus ilusiones
o escondiendo sus maldades.

Quieren olvidar la máquina
olvidar sus vanidades;
descansar de tanto ruido
y morir a sus pesares.

Ya todo pide silencio,
se anuncia la noche amable:
convierte, Padre, sus penas
en abundancia de panes.

Alivie tu mano pródiga,
tu mano buena de Padre,
el cansancio de sus cuerpos,
sus codicias y sus males. Amén.
Vísperas, Jueves II.
Y al leer eso de la máquina, me pregunté por el origen que tiene esa frase de "la máquina del mundo", que he escuchado otras veces.
Dice Ratzinger en una conferencia llamada "La nueva evangelización":
(...) Dios no es una lejana "causa última", Dios no es el "gran arquitecto" del deísmo que ha construido la máquina del mundo y ahora estaría fuera, por el contrario Dios es la realidad más presente y decisiva en cada acto de mi vida, en cada momento de la historia.
Que me dice algo, aunque no todo. Esto podría aportar algo más:
La era de la máquina y de un mundo industrial provoca la producción a gran escala que da por consecuencia los intercambios comerciales mundiales y los negocios internacionales que se desplazan a la velocidad del ferrocarril o en la comodidad y lujo de los monumentales trasatlánticos. O bien, los recorridos en automóviles descapotados y en aeroplanos que desafían las alturas y más aún después de que el Atlántico fue atravesado sin escalas en 1927 por Charles Lindbergh (1902-1974), consagran el triunfo de la aplastante motorización. Surge la visión "poética" de la máquina, del mundo moderno, mecanizado donde el mito del robot algún día tomará el mando de la civilización.
¿Pitágoras? ¿Copernico? ¿Juan de Mena? ¿José de Espronceda? Gracias, Google, pero me parece que no he dado aún en el clavo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

siempre me pregunté quienes eran los autores de los himnos de la liturgia de las horas. ¿tenés idea?

Juan Ignacio dijo...

No, sólo encontré el de Pemán (si es cierto) y de éste no encontré autor sino sólo páginas de la Liturgia.

Anónimo dijo...

Hay de Santo Tomas de Aquino, de Santa Teresa, de San Juan de la Cruz... Hay muchos (algunos de los mas antiguos) de Venancio Fortunato, un monje benedictino de principios de la Edad Media. Y tambien anonimos. Excepto los posteriores al Renacimiento (como los del siglo de Oro espaniol), se cantaban en Gregoriano.